sábado, 25 de marzo de 2006

 

El (infame) hotel Accenture

Hola a todos. Llevaba ya casi una semana sin daros nuevas de mis periplos anglosajones, y en esta ocasión diferiré un poco el tono de anteriores artículos.

Hoy hablaré de hoteles. Resulta que hasta hace unas semanas, mi empresa nos reservaba el Holiday Inn, y, en caso de no haber plazas, nos mandaban al Hilton o al Novotel. Es decir, hoteles. No espectaculares, pues ya sabéis lo que significa salir de España, pero hoteles confortables al fin y al cabo. Bien, hace poco la política cambió, y la empresa a la que estamos dando servicio pasó a hacerse cargo de la reserva de hoteles. Quizá por una política de recortar gastos, o tal vez por una política de recortar gastos, el caso es que otro hotel apareció en escena: El Accenture Training Center, en Swallow House, Kents Hill Park.

Como veis, ya solo mirando en el nombre, no aparece la palabra "Hotel" por ninguna parte. Y en efecto, porque el garito es más una residencia de estudiantes que otra cosa. Nada más entrar a recepción, uno puede se puede deleitar el olfato con la inconfundible esencia de la comida inglesa de rancho. Supongo que eso de poner la cocina y el comedor a 3 metros de la recepción es alguna idea innovadora para levantar el apetito de los huéspedes. Claro, que como esos huéspedes no sean Carpanta y sus colegas, no sé a quién pelotas va a abrir el apetito ese asqueroso olor...

Supongo que debido a que la comida huele un poco a guano (yo no la he probado, pero mis compañeros sí, y dicen que es así), tienen la humanidad de cortar las cenas a las 21:00. Claro que si llegas después, solo te puedes consolar con unas patatas fritas de una máquina de vending o del bar, que me recuerda al que salía en Al salir de clase, por la edad media de los parroquianos. Ah, las chips las cobran como si las hubiese preparado la Schiffer con todo su cariño.

Así que uno llega al hotel, se le va la olla con la hora, y se queda sin cenar en el restaurante (bendito pan de molde, lomo ibérico y jamón serrano, ¡gracias mamá!). Pues nada, volvamos a la habitación. Resulta que, oh campos de soledad mustios collados, la habitación está en un edificio aparte de la recepción. Las amables (y decrépitas) recepcionistas te indican que hay un pasillo que conecta todos los edificios. Bien, el pasillo existe, pues lo vi con mis propios ojos. Pero lo debe haber diseñado Jean Michelle Jarre con sus juegos de luces, porque HACÍA UN FRÍO DE COJONES, tanto como en el exterior (la imagen corresponde a un desgraciado que se equivocó 3 veces de pasillo).

Bueno, uno llega por fin a su edificio, y ve que la puta puerta no se abre. Es automática.
Ves el sensor, pero está dentro. Recuerdas esos tiempos de jugador de aventuras gráficas, y ves que hay un palo con forma muy moderna a tu derecha. Ves que el llavero de las llaves de la habitación es también moderno, Usar llavero con palo, y ¡toma ya!, ¡la puerta se abre!

Por fin llego a mi habitación, la abro, y me encuentro en... ¡UN PUTO ZULO! veo que no tengo sitio para dejar la maleta, el armario es tan bajito que debió pertenecer a Willow, solo tengo perchas para colgar el abrigo (el cual arrastra por el suelo del armario), los dos trajes y dos camisas, la cama tiene un aspecto cuanto menos rancio, y hacía mucho tiempo que no veía un televisor de 13" en un hotel.

Resignado, me dispuse a afeitarme, y cual es mi sorpresa cuando veo que el espejo está situado a medio metro a la izquierda del lavabo. Sí, sé lo que estáis pensando, es absurdo, no hagáis preguntas.

Para colmo, no paras de oir durante la noche las conversaciones de los estudiantes borrachos que circulan por los pasillos, y al día siguiente me comentó un compañero que no le hicieron la cama, solo le extendieron el edredón sin colocar ni cambiar las sábanas. Otro compañero me comentó que le dieron una plancha del año de Puskas que le quemó una camisa. Parece ser que lo único bueno que tiene ese cuchitril es el gimnasio, pero creo que no compensa.

Ya lo sabéis: Accenture Training Center. Una joyita. Yo me quiero volver al Hilton, que ya me han dicho que Laure me echa de menos... Qué maja es la tía, y qué ojazos, y qué uniforme ceñidito más bien puesto, y... bueno, paro ya, ¡que me estoy poniendo malo!

Este martes voy a ver un piso. Dentro de poco puede que ya tenga casita y me olvide de check-ins y check-outs y de andar con la maleta p'arriba y p'abajo. Al fin podré invitar a los compañeros para que me enseñen a qué saben eso que llaman Palinkas...
¡¡Hasta pronto!!

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domingo, 19 de marzo de 2006

 

Los jueves del Curry

Sí, y no me refiero a este simpático muñequito que todos recordaremos de la serie Fraguel Rock, sino a la mierda de comida que sirven los jueves allí.

Os explicaré cómo funciona aquello. En la planta baja de las oficinas, hay una cantina, extremadamente pequeña para la gente que hay currando allí. Para coger la comida es un self-service, por lo que muchos ingleses se decantan por bajar, coger algo ligero en algún envase tipo McDonald's, y subírselo al puesto de trabajo, para zampar allí. Luego no es impensable el encontrarte un trozo de hoja de lechuga en una mesa... Son un poquito guarros, la verdad.

Por lo general, los españoles nos solemos bajar allí a última hora, a las 13:00 o 13:30, aunque yo ya me he hecho a la hora inglesa y bajo sobre las 12:30. Cuando quieres comer, puedes elegir entre una ensalada al gusto (al gusto de un perro, claro), que la cobran al peso, el plato del día, casi siempre consistente en una base de arroz con trozos de cordero o ternera y alguna salsa que no suele estar del todo mal. La tercera opción es un plato vegetariano o algo más ligero, al que se le puede añadir siempre guarnición.

Luego puedes elegir algún postre (casi nunca fruta), entre los cuales debo destacar los yogures Müller (su puñetera madre qué ricos están...), algo de bebida, y se pasa a pagar. Luego a buscar mesa (que son tipo Ikea), y a zampar.

Pero de lo que venía a hablar es de los jueves. Todos los jueves ponen comida picante, y todos los jueves el plato principal es algo con Curry.

La cosa es que el curry de allí no es el mismo que el de aquí. Tampoco es el mismo que el que tienen en Alemania. Allí en en el Reino Unido pica de cojones, o como dirían por allí, it's bloody spicy. El caso es que tú ves el plato y no acaba de tener mala pinta, pruebas un poco, y se deja comer. Lo malo llega a la tercera andanada de comida que te llevas al gaznate. Aquello empieza a acumular picante cosa mala, y notas como se te empieza a dormir la lengua. Y a cada bocao, más y más.

Vamos, que cuando acaba la comida, te acuerdas de los muertos de la reina Isabel II (es decir, de la reina Vicoria) por haber conquistado la India y haber traído sus maléficas recetas del país del Taj Mahal. Lo primero que pensé cuando acabé mi primer jueves del curry es en el tumbalobos. El segundo día fue algo más suave, pero creo que todavía tengo el regustillo del curry entre los dientes, a pesar de habérmelos lavado repetidas veces a conciencia.

Ah, se me ha pasado decir que el primer día además me equivoqué de bebida, y en lugar de Coca-Cola normal, cogí Coca-Cola de cereza. Francamente asquerosa.

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jueves, 16 de marzo de 2006

 

Mierda de críos...

Joer, menudo vuelecito me he pegado hoy...

La verdad es que hasta ahora no tenía quejas de estos de Easyjet, y bueno, pensándolo un poco, tampoco las tengo ahora; sin embargo, los padres ingleses podían ser un poquito más considerados cuando viajan con niños pequeños.

Me explico: hoy han abierto la puerta de embarque un poco tarde, de modo que cuando hemos llegado a la cola, éramos los últimos, y, para los que no sepáis cómo funciona una compañía de bajo coste, os diré que los asientos no están numerados, según llegas te sientas donde quieres. ¿Qué significa esto? Que nosotros, por llegar los últimos, ni teníamos sitio en los lockers, ni podíamos sentarnos juntos (obviamente, nada de ventana o pasillo).

Pues bien, yo encontré hueco en la tercera fila de asientos, justo detrás de una familia con un niño inglés muy gracioso, de unos 3 añitos, y justo al lado de otra english family, con una repelente girl de unos 2, que no paraba de llorar.

Ocurrió que sobrevolando alguna zona costera francesa, uno de los dos se empezó a zurrar de lo lindo, con pastelito incluído (o eso, o el crío estaba jodidamente podrido). Lo que tiene el olor es que lo invade todo y desconoces su origen, y claro, como un crío de esa edad aún lleva pañales, pues se le quedó todo encima. Y los padres, bien no tenían pituitaria, bien decidieron que la mierda de su niño era santa y olía a flowers, así que aquí el menda, y todos los que me rodeaban, nos zampamos el muffin del angelico...

Por favor, señores padres, si su niño planta un pino a 7.000 metros de altura, por favor, los lavabos del avión tienen habilitada una pequeña mesa plegable para cambiar al enano. Utilícenla.

Como complemento a esta información, comentaré algo que me dijo mi amigo el Rabanero el fin de semana pasado. Él va a trabajar en un hospital en breve, por lo que está empezando a conocer cosas de ese mundillo. Resulta que el residuo más tóxico de un hospital no son ni las agujas utilizadas, ni los miembros extirpados, ni las muestras de sangre de pacientes virulentos. No. El residuo más tóxico de todos son los contenedores de pañales de los neonatos. Sí, los palominos de los bebés, para expresarlo en un lenguaje más coloquial, vaya. Según mi amigo, los meten en contenedores con el simbolito de biohazard, y los sacan del recinto con un transporte especial, ya que, supongo, al no estar vacunados, pueden transportar enfermedades de todo tipo y condición, y para más inri, encapsuladas en una hermosa zurraspa.

Moraleja: En compañias de bajo coste facturad siempre pronto, elegid asiento, e indicad que los que os rodean están ocupados en caso de que una familia intente apoderarse de ellos.

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martes, 14 de marzo de 2006

 

Volando voy...

¡¡Hola lectores!!

Después del escatológico artículo acerca de los lavabos, hoy toca uno un poco más civilizado. Hablaré pues de las excursiones.

Resulta que, gracias a la política de mi empresa, como ya os comenté en anteriores artículos, se me ofrece la posibilidad de cambiar el billete de vuelta a Madrid por otro destino. Aquí, la gente que lleva más tiempo, ya se ha encargado de generar una industria de viajes bastante importante, y ya han visitado sitios tales como Bratislava, Budapest, en breve Cracovia...

El caso es que ya hay planificados viajes en Mayo, y, aprovechando el buen tiempo, he decidido unirme a uno de esos viajes e ir a ver la tierra de Hans Christian Andersen. Así que. como ya habréis averiguado, ¡¡me marcho a København!!
Todo el mundo me dice que esta ciudad es muy bonita, y además parece ser que tiene una marcha contundente, y viendo los compañeros que tengo en este mi proyecto, algo me dice que no me lo voy a pasar mal, jejeje.
Tras un vistazo por la web de la ciudad, tiene pinta de que hay bastantes cosas interesantes, como el palacio de Amalienborg, el castillo de Kronborg (en el que se basó Hamlet), la Torre Redonda, y, por supuesto, danesas, jejeje.
Una vez que haya estado allí ya os pondré un informe más detallado de lo que hay que ver. De momento, los que sepáis inglés, os podéis dar un rulo por los comentarios de la ciudad en la web de Wikitravel.

Pozí, ya tengo sacado el billete. Coincide que dos semanas más tarde, además, tengo planeado otro viaje, con los compañeros de mi anterior proyecto, a la ciudad de La Última Cena. Sí, es Milán, la ciudad de San Siro, del fúrgol catenaccio, la ciudad más industrial de las visitables en Italia. Y por si fuera poco, ya me han dicho que allí la proporción maromos-milanesas-gayers es desfavorable para nosotros.
Ah, debo recordar, y que quede por escrito, que a este viaje invitamos a venir a las chicas del proyecto, ya que se enfadaron cuando fuimos a Berlín. Pues bien, todas tras apuntarse en una primera instancia, se echaron atrás como cobardes, alegando que si les venía mal, que si no iba una entonces ella tampoco iba a ir porque no tendría con quien dormir, etcétera etcétera... ¡Ah!, de Milán si tiene entrada la Wikitravel.

Y se está preparando otro para las Highlands...

[Edito: Ahí van un par de enlaces para aprender danés básico. Danés para españoles - Danés para ingleses]

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viernes, 10 de marzo de 2006

 

Los lavabos

Lo prometido es deuda. Hoy toca hablar de los WCs. Antes de nada, advierto que este artículo va a ser escatológico y puede herir la sensibilidad de algún lector suave (joer, ya se me pega la educación inglesa, con lo que yo he sido)

Al entrar uno se encuentra con un espacio amplio, decorado con agradables tonos pastel y muchos carteles de "Por favor, lávate las manos por si tienen gotitas o resto marrón", o "Comprendemos que tus costumbres higiénico-culturales puedan ser de aquella manera, pero respeta al que se vaya a zurrar después de ti".

Una cosa muy curiosa de esos carteles es que establecen una especie de serie de mandamientos, bastance cívicos, de los cuales os intentaré listar los más importantes aquí, traducidos, por supuesto (para ver mis comentarios personales, pasad el ratón por encima de las palabras en verde):
  1. En XXXX comprendemos que tus costumbres higiénico-culturales puedan diferir de las de otras personas, pero todos trabajamos en el mismo sitio, por lo que rogamos que dejes el cubículo como lo encontraste.
  2. Después de utilizar el lavabo, por favor, tira de la cadena. La persona que entre después se podría sentir ofendida si encuentra restos.
  3. Te rogamos que no utilices grandes cantidades de papel higiénico, ya que pueden bloquear el sumidero, y éste deberá ser cerrado para la reparación.
  4. Por favor, no dejes los restos de papel usados en el suelo, ya que puede generar suciedad. Échalos a la taza y tira después de la cadena.
  5. El servicio de limpieza encargado de estas instalaciones es ZZZZZ. Por favor, haz lo posible para que la persona que limpia no realice su trabajo de forma desagradable. Si has dejado algún rastro de tu paso por aquí, tienes una escobilla a tu disposición.
  6. Si no estás contento con cómo se realiza la limpieza de estas instalaciones, o si no te gusta cómo trabaja la persona de la empresa ZZZZZ encargada de estas instalaciones, llama a este número [...] y haremos lo posible por que la situación no se repita
Pues eso, que educación ante todo. El primer día que entré y ví eso, escameme y sorprendime, ya que me parecía un mensaje muy correcto. El segundo día, lo comprendí todo al escuchar esto que provenía de una cabina. No resulta especialmente agradable cuando te estás lavando los dientes.

Después ya me hice más a estos sonidos, porque bueno, al fin y al cabo, están en una cabina, guardan el anonimato, y vaya, cualquiera puede tener un apretón (con más razón después del día del Curry). El caso es que mi sorpresa alcanzó un límite mayor, cuando, aligerando mi vejiga (ya sé lo que estáis pensando, cabrones), el tipo que estaba a mi lado, un perfecto indio con su turbante y todo, sonrió abiertamente aliviado al hacer esto otro.

El caso es que acabé mi lluvia dorada como pude, con un gesto contrariado, y cuanto menos, agraviado, y pasé a lavarme los dientes (previa ablución de manos, por supuesto). Tal y como suelo hacer en España, cogí una toalla de esas de papel reciclado, la coloqué para no mojar ni que se mojase el cartón donde guardo la pasta y el cepillo de dientes, echo la crema en el cepillo, comienzo a limpiar mi dentadura, y, en esos minutos que uno tarda en eliminar los bichitos que minan las muelas, miré a mi alrededor, sin prestar atención en un perfecto inglés, que hizo honor a la famosa flema inglesa, echando sus demonios al desagüe del lavabo.

Con tanto sonido escatológico, allí ya se ha hecho famosa la expresión de "eres más extraño que los ruidos del lavabo". Y por lo que me cuenta mi compañera Almudena, el lavabo de las tías tampoco difiere mucho, espero que ponga su comentario o su propio artículo y nos lo confirme o desmienta...

Bueno niños, pues este ha sido mi artículo de hoy. Quiero hablaros pronto de los jueves del Curry, que ya he sufrido uno, pero quiero pasar por otro para plasmar un artículo más elaborado y con más base. ¡Hasta pronto!

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miércoles, 8 de marzo de 2006

 

Los taxis

Hoy toca hablar de los taxis, y sobre todo, de los taxistas. Menuda fauna. Para empezar, estos no son pesetor de esos que te encuentras en los madriles. Eso de ver un taxista cuidando su cohe para que esté limpio e impoluto es una utopía.

Aquí los taxis no tienen un distintivo especial, solo el número de teléfono de su empresa. Los hay de todos los colores, y no tienen el pinganillo en el techo, de modo que, a no ser que mires a la puerta del coche, no sabes que es un taxi, y para entonces ya habrá pasado de largo y no lo podrás llamar.

Lo que se suele hacer es llamar por teléfono un rato antes de que quieras que vayan a buscarte. Eso sí, da igual dónde estés, que todo taxi se encontrará a 10 minutos. 10 minutos que desde el punto de vista de una división del día nadie te dice si son terráqueos, marcianos, selenitas o jupiterianos... El tío te puede llamar al cuarto de hora diciendo que le quedan 5 minutos para llegar y aún te da tiempo a echarte un birrote en la cantina.

Suelen cobrar una tarifa fija por llevarte de un sitio a otro, de ese modo teóricamente te evitas que te timen con pirulos. Teóricamente, porque si pides uno, y haces esperar al tío 10 minutos hasta que bajas (da igual que él te haya hecho esperar 15), el tipo se cabrea y al final te cobra un par de pounds más. Las tarifas suelen estar entre los 7 y los 12 pounds. Eso sí, aquí en Milton Keynes TODO ESTÁ A TOMAR POR CULO. Por lo que perfectamente te puedes tirar 10 minutos en un taxi atravesando rotondas a 90 por hora (millas, no kilómetros).

La mayoría de los taxistas son indios que no tienen ni papa de inglés. Ayer mismo casi echa a patadas a un compañero que iba a otro hotel, solo porque el tipo no nos entendía que íbamos a Swallow House, el tío creía que decíamos Swan Hotel, y que eso no estaba por donde le decíamos. Vamos que no entender nuestro perfecto inglés...

Bueno, indios aparte, los mamones no tienen término medio: o te llevan con la ventanilla bajada mientras llueve y hace un frío de pelotas, o te ponen la calefacción a 28º cuando vas con otros 3 en el coche.

Eso sí, aunque parezcan de algún país al que todavía no han llegado los discos de vinilo, todos los taxis llevan yipiés, o lo que es lo mismo, GPS. Qué modennos. Pero es normal, porque ya os digo que aquí todo está lejos y encima no hay una puñetera calle recta.

¡¡Venga, pues os voy dejando, que tenemos el taxi pedido para el hotel, y no nos apetece que nos den en sacrificio a una vaca en el Ganges!!

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martes, 7 de marzo de 2006

 

La comida

Bueno, pues hoy he tenido mi primera comida aquí en Inglaterra. No, no penséis mal, estoy hablando de alimentos cocinados para mi estómago.

La verdad es que todo el mundo pinta esto negro, como si te diesen a elegir entre comer mierda o vómitos, y la verdad, no es tan asqueroso. Vale, no es que sea una maravilla, pero se deja comer. Eso sí, la comida es extremadamente especiada, y por lo general se come solo un plato (más que nada porque cuesta una pasta, me ha salido un plato de arroz con verduras y salsa de carne y una botella de agua por 4 pounds, es decir, por lo mismo que en España me aprieto unas lentejas, un entrecot, y un mousse de chocolate de la muerte, todo regado con un estupendo vino peleón con casera.

El jueves es el día del curry. Mi compañero Fran tiembla ante la mención de dicha salsa. Dice que no tendría problemas en comerla si ponen WiFi en el W.C. y pudiese currar desde allí... No sé, tendré que probar a ver qué tal. De momento hoy he rebañado mi plato mientras que él se ha dejado la mitad (claro que mis antiguos compañeros decían que soy capaz de comerme un gitano cagando...)

Lo peor de la comida: la hora de vuelta al curro. A las 13:00 ya estaba dando el tajo. No os podéis ni imaginar el bajón que te da cuando, después de chaparte una reunión de una hora con tres tías que hablaban inglés a toda mecha, y tras leer un par de documentos y enviar sendos correos, te das cuenta que aún te quedan 4 horas y media de tarde. Infernal.

El día está acabando. Hoy un chaval da una fiesta en su casa (más bien manor, por lo que cuentan), ya que el viernes sale de proyecto. Hemos puesto entre todos 10 pounds y con eso tendremos para el bebercio y el comercio. A ver en qué estado vuelvo mañana.

Ah, creo que mañana también nos vamos a ver la city, que tenemos allí una reunión, por lo que nos han contado. Ya os diré cómo sigue aquello.

Jeje, otra cosa buena es que ya he conseguido una manera de llamar a España por la patilla (juas juas juas...)

Hasta pronto!!

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lunes, 6 de marzo de 2006

 

The first day

Bueno, pues ya estamos aquí. Todos os preguntaréis cómo es una oficina inglesa. Pues nada más y nada menos que exactamente igual que una española, pero con los carteles en el idioma de Chéskpir. Eso sí, hay una gran diferencia: los W.C.

No están más sucios ni limpios que en España (bueno, reconozco que los que me han tocado estaban cuanto menos decentes, no sé si habrá auténticos "tigres" por las oficinas de mi tierra), pero es increíble ver cuánta educación sale de estos particulares sitios que todos visitamos al menos una vez al día. De todas maneras, creo que debo dedicar un artículo solo a este tema. Lo haré cuando tenga más tiempo.

Respecto al idioma, bueno, de momento hablamos más castellano que otra cosa. Por aquí curra gente de toda condición (¡hasta indúes sijs con turbantes!), pero parece que de momento nosotros tendremos bastante más relación con españoles que con ingleses.

De la comida aún no puedo hablar, puesto que nos hemos traído unos bocatas y hemos hecho uso de ellos deido a las intempestivas horas a las que hemos aterrizado (por cierto, los aviones de EasyJet, chapeau, mejores que muchos de Iberia).

Los compañeros que tenemos aqui se han mostrado muy abiertos y nos han recibido bastante bien. Por lo que nos han contado, se organizan bastantes actividades, y el ritmo de curro es alto, pero durante el horario oficial, sin excesivos sobreesfuerzos, lo que ayuda a pasar días amenos. Ya nos han contado algo de que tenemos que hacer una fiesta con un "Welcome Pack" que incluye un par de botellas de agua de fuego por barba, miedo me da...

Bueno, pues de momento no tengo mucho más que contar. Mañana ya tenemos nuestra primera reunión, y esta noche toca cena de confraternización, ¡¡así que me tengo que poner las pilas en este poco rato hasta que nos vayamos al hotel!!

¡¡Hasta la siguiente, nenes!!

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sábado, 4 de marzo de 2006

 

Dónde

Bueno, pues el sitio se llama Milton Keynes, y está a unos 75 kilómetros al noroeste de Londres.

Resulta que es una ciudad que se creó en torno a los años 70 con el objetivo de agrupar negocios en un lugar equidistante entre las principales ciudades del sur de Inglaterra.

El caso es que por lo que me han contado, la ciudad tiene dos centros comerciales, uno de ellos es el más grande de Europa, y también tienen una pista de esquí tipo Xanadú.

Aparte de esto, parece ser que la ciudad es un poco coñazo. Casitas bajas, expansión a lo ancho, grandes avenidas, todo a tomar por culo, transporte público casi inexistente, y poco ocio (solo una macrodiscoteca, pero ya sabéis que en UK todo chapa a las 2:00am, aunque la gente bebe lo mismo que en España; ahora, con tamaña condensación de tiempo, os explicaréis por qué todos acaban inconscientes del cebollón que se agarran...)

Aeropuertos
El aeropuerto más cercano a este núcleo urbano es el de Luton, a unos 40 kms de distancia. A este aeropuerto hay vuelos directos desde Madrid con EasyJet. Los vuelos Madrid-Londres tardan como dos horas y media, más o menos.

Sin embargo, en este mi primer vuelo, yo voy al aeropuerto de Gatwick, que, de los 4 aeropuertos principales de Londres (Heathrow, Gatwick, Stansted y Luton), es el que está más al sur, y eso hace que esté a tomar por culo de Milton Keynes. El caso es que me han comentado que un taxi tarda como una hora y media, y cuesta unas 100 sterling pounds.

Hoteles
En Milton Keynes, al ser una ciudad de negocios, uno puede pensar que está plagado de hoteles. Pues va a ser que no. Parece ser que hay dos hoteles principales, el Holiday Inn, y el Hilton. Por lo visto, a nuestra gente la estaban hospedando en el Holiday, hasta que finalizaban asignación en el proyecto y volvían a España, o hasta que pedían traslado a un apartamento (que será lo que haga yo en cuanto me pilote un poco las zonas...)

Por de pronto a mi me mandan al Hilton. Tiene buena pinta, aunque ya me han dicho que está más alejado de la oficina y que es más austero que el Holiday. El caso es que soplan unas 112 pounds por noche (incluyendo descuento corporativo), uséase, 164 eurakos del vellón. Menos mal que paga la empresa, porque ya me veía sobando debajo de un puente.

En fin, pues el lunes vuelo, una vez vea aquello, ya os iré contando más. Juer, qué mal voy a comer el próximo año...

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Inauguración!!

Bueno, pues ya me apunto yo también a esto de los blogs.


Dejad que me presente. Soy aquel conocido como supercoco. Hace un tiempo sufrí las inclemencias mentales de dos compañeros, rabanero y añilmanchego (claro que ellos también sufrieron las mías...)

Pues visto que me voy un añito a currar a Inglaterra, he decidido plasmar aquí mis vivencias, hala, para que gente que me siga sepa lo que le espera.

¡¡Espero que me salga bien!!

Supercoco.

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