miércoles, 31 de mayo de 2006

 

Enseñando fútbol a los ingleses

Pues ya hemos creado un equipito de fútbol 5. Es de este juego que la pista tiene paredes y vale hacer rebotar la bola contra ellas. También vale hacer rebotar a los rivales, aunque creo que se cabrean. En fin, que les intentaremos dar p'al pelo. Yo me tendré que apañar unos guantes nuevos de portero, que el primer partido es el martes que viene y los míos se los dejé a Navas porque iba a faltar a los partidos de nuestra liga por viajar como un perro por Europa...

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The Milton Keynes Mall

Bueno, no sé si se llama así o no, pero el caso es que es un centro comercial tochísimo, el más grande de Europa hasta que han abierto el Plenilunio, en Madrid. Dicen que tras una remodelación que está en marcha, volverá a ser el más grande.

Eso del tamaño a mi me la repanfinfla, sin buscar malinterpretaciones en abyectas connotaciones sexuales. Lo realmente significativo es el descuento que hacen allí en rebajas. Se ve que estos guiris tienen más claro el significado de la palabra "rebajas" que nosotros. Veamos un ejemplo:

Si te vas a El Corte Inglés en la Semana Fantástica o algo parecido, te encontrarás con que te venden estupendísimos conjuntos de piel para ella y descuentos supermegachachis en el Territorio Vaquero para los jóvenes, descuentos que suelen rondar un 30%, puntos arriba, puntos abajo. Eso que las marujas españolas encuentran tan sumamente suculento, queridos amigos, es UNA PUTA MIERDA. Allí en tierras sajonas cuando hay rebajas te encuentras con unos descuentos del 70% o el 80%, cosa nada despreciable.

El otro día me compré unas deportivas Lonsdale, de esas que en España dicen que son de neonazi, por 15 sterling pounds, 22 euros al cambio, más o menos, rebajadas al 70%. A esos precios, y siendo las zapatillas chulas como son, sinceramente me da igual que me confundan con Edward Norton por la calle (aunque ya me gustaría a mi tener las pelas que tiene el pollo ese).

También me apañé un par de camisetas a 2 libras el par, unas botas para cesped artificial (Nike, también tiradas de precio), un balón, calcetines (mi cajón ya empezaba a parecerse a la tomatina de Buñol) y no arrasé con la tienda porque no tenía sitio en la maleta, que sino tiembla Milton. Luego en otra tienda también me apañé un móvil inglés, porque recibir llamadas con Movistar aquí sale por una pasta, así que me compré un móvil guarreras con 10 pounds en llamadas y ya tengo un teléfono para llamr a taxis si me quedo tirado o algo.

Lo malo de aquello, ya que todo tiene su lado malo, es que el puñetero centro comercial cierra sus puertas a las 18:00 todos los días salvo los jueves que cierra a las 20:00. Como uno suele currar a esas horas, solo le queda sacrificar la hora de la deliciosa comida inglesa e ir a las 12:30. De modo que tras comprar en concurso-de-los-años-80 mode, nos apretamos un bocata de Honey Steak o algo así en un garito tipo Subway. Debo añadir que el bocata estaba de muerte, y que el bocata (que no cabía en las manos) nos lo metimos entre pecho y espalda en cero coma, mientras caminábamos a por el taxi para volver al curro.

Lo dicho, que tengo que volver a ese centro a ver si encuentro camisitas y jerseys chulos, que seguro que hay.

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lunes, 22 de mayo de 2006

 

¿Rutina? ¿Ezo qué é lo que é?

Este va a ser corto. El otro día estuve pensando que ya no actualizo esto tanto como al principio, y solo llevo dos meses y medio aquí. Me pregunté si resultaría que me estaba amoldando a una rutina, y así empecé a creerlo, hasta que llegué esta mañana.

Esta mañana, sí, es cuando me he dado cuenta de que en este extraño país nunca nada es igual. Todos los lunes tenemos algún lío con las reservas de taxis, tenemos al pobre John Colmer desquiciado (bueno, esa no es la palabra. Un tío que tiene tanta pasta y una flota de taxis como la suya, no puede estar desquiciado...)

Desquicios aparte, también está el hecho de que mientras esperábamos a la van que nos llevase a la oficina, han desalojado el aeropuerto por completo, supongo que algún paquete sospechoso sería el responsable. Pero además de todo eso, además de que en cada aterrizaje nunca sabes si sobrevivirás con la manera que tienen estos de EasyJet de tirar el aparato, además de cada nuevo hotel que visito, además de cada cambio que sufre el proyecto, está el tiempo.

Ah, el tiempo... Madrid, 21 de mayo, 18:00, hora taurina, 27º, sol de cojones. Milton Keynes, un día después, misma hora. El cielo más negro que los huevos de Louis Armstrong, lluvia a cántaros y un frío que le pondría duros los pezones a un puto ángel. Con estos cambios es imposible adaptarse a la rutina.

Y esta falta de rutina la verdad es que mola. De no ser así, esto se haría aburrido. Mañana seguiré rompiendo rutina y le compraré la raqueta de squash a mi compañero Borja (su madre encontró este finde la que tenía del insituto). ¿Para qué quiero yo una raqueta de squash? Pues para hacer deporte, hombre, para hacer deporte. Hala, operación bikini en marcha...

Off-the-record:
Hablando de marcha, se me olvidó comentarlo en mi último post: en Copenhague a las 4:30am ya empezaba a clarear, y a las 22:00 aún había luz diurna...

PS: En este post he aplicado recurrentemente un recurso literario, a ver si averiguáis cuál es y dónde está, jejeje...

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lunes, 15 de mayo de 2006

 

Jeg har blevet hen til København!!

"He estado en Copenhague", eso es lo que quiere decir esa frasecita en Danés.

Pues sí, nada más y nada menos que en la capital del reino con la bandera más antigua del mundo. Como destino turístico, altamente recomendable. Como destino de fiesta (nightlife, que dicen por aquí), altamente recomendable. Como destino ahorrativo, desestimadlo.

En mi primer viaje con la Travel Commission, llegamos al aeropuerto de Copenhague el viernes, y casi nos fuimos directamente de marcha. Es algo muy curioso, cuando hace buen tiempo (y nos hizo), la vida de allí es similar a la española. Mucha gente por la calle, restaurantes y bares abiertos, clubs (que no whiskerías) que cierran más allá de las 5am (supongo que las whiskerías también), etcétera...

La ciudad es muy cómoda de ver, ya que no es excesivamente grande, no tiene apenas cuestas, y predominan las grandes plazas y calles anchas. Poco os puedo decir del transporte público, ya que en Copenhague hay unas bicicletas de uso público puestas por el ayuntamiento. Esto es, en ciertos sitios están atadas, como los carritos del Carreful, se les mete una moneda de 20 coronas, y puedes llevarte la bici por toda la ciudad. Solo un par de cosas: las bicis no tienen ni frenos (se frena pedaleando hacia atrás) ni marchas (además tienen ruedas lenticulares), por lo que cuando sopla un poquito de viento hace una gracia que no veas... Ah, otra cosa que debéis saber es que los sábados es particularmente jodido encontrar bicis de estas libres (más si vas un grupo de 8 energúmenos como íbamos), debido a la ingente cantidad de turistas que suele haber.

Respecto a la marcha, uno se lo puede pasar muy bien allí, ya que la gente es bastante abierta y gusta de bailar (y de beber, vive Dios, y de beber). De el tipo de chica nórdica que se gasta por ahí sé de más de uno que se quedaría embelesado, y más cuando viesen que las danesas son bastante simpáticas y se te acercan cuando ven que eres subpirenaico. El tema de las copas es más complicado. Se estila el típico dedalillo de alcohol que no vale ni para curar una herida, y encima cobran entre 40 y 80 DKK (entre 6 y 11 euros al cambio, vaya). Es altamente recomendable comprar por cuenta propia y beber en el hotel antes de salir si quieres evitarte una sangría para el bolsillo en los garitos.




Ah, en este momento debo hacer un inciso. Cuando quieres tomarte una copa, sueles necesitar hielos. Cuando no tienes hielos, sueles ir a comprar. Allí hay bastantes 7·11 que venden de todo menos hielos. Por esta razón, dos compañeros fueron a preguntar a un McDonald's. Qué grande fue la sorpresa cuando dijeron que no podían ni darles hielos, ni vendérselos. Pero sin embargo, sí podían cambiarlos por golosinas. Raro, ¿verdad? ¡¡Pues lo más extraño es que era cierto!! Se fueron al 7·11 a comprar un huevo de bolsas de golosinas, y, tras media hora desde que salieron del hotel en busca de hielos, aparecieron con un SACO de hielos, el cual debía pesar unos 20 ó 25 kilogramos aproximadamente, y un par de bolsas de golosinas, ya que los del McDonald's no tenían suficiente hielo para trocarlo por todas las bolsas de golosinas que compraron. No preguntéis. Yo no lo hice y fui feliz con mis copas.

La ciudad se puede ver en dos días, y merece especialmente la pena darse un paseo por el Strøget, la calle peatonal de compras, que pasa por bastantes plazas y edificios chulos, bajar hasta Amalienborg (palacio real), pasar al puerto al este de palacio y ver el edificio de la ópera, para luego subir hacia el norte y llegar al parque donde se encuentra la famosa Sirenita. Por cierto, que en el parque hay un par de cosas que merecen bastante más la pena que la dichosa Sirenita.

Otra cosa que no merece la pena perderse es el castillo de Rosenborg y los jardines que están detrás. El resto de la excursión os la podéis pasar perfectamente tomando cañitas en cualquier bar del centro.

Por último, si habláis inglés no tendréis ningún problema de comunicación allí. Todo el mundo lo habla perfectamente, y además sin acento, por lo que se entiende bastante mejor que el británico o el americano. Como muestra un botón. Estando en Christiania, un barrio hippy lleno de porretas y casas de colores, encontrábamosnos tomando unas cervezas Tuborg a 15 DKK cada una en un banco. Se nos acercó un jonco y empezó a soltarnos una parrafada en incomprensible danés, hasta que le dijimos aquello de "jeg taler ikke dansk, spansk, spansk", a lo que el tío nos preguntó si hablábamos inglés, y le dijimos que sí, ya por curiosidad de saber qué carajos estaba diciendo. Pues resulta que el pollo se marcaba un inglés perfecto, y nos estaba ofreciendo un kilogramo de hachís (que no sé dónde carajos se pensaría que podríamos meter eso en el improbable caso de que estuviésemos interesados en comprarlo). El caso es que el tío era un perdido de la vida, iba más colocado que Jim Morrison y Pocholo juntos, y hablaba inglés mejor que cualquiera de nosotros.


En resumen, es un viaje que, para ser el primero que hago desde aquí, me ha gustado mucho. Si encontráis alguna oferta para conocerlo, no la desaprovechéis, ya que la ciudad es cara de por sí y no tendréis muchas oportunidades de verla sin sajaros el bolsillo.

Por cierto, ahí van unas frasecillas útiles:
Sí: Ja (/Ia/)
No: Nej (/Nai/)
Hola: Hallo (/Halo/)
Gracias: Tak (/Tak/)
De nada: Selv tak (/Sel tak/)
No hablo danés: Jeg taler ikke dansk (/Yeh talæ ikke dansk/)
¿Hablas inglés/español?: Taler du engelsk/spansk? (/Talæ du enguelsk/spansk?/)
Y aquí tenéis un enlace con más...

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