lunes, 22 de enero de 2007
Nākošais stacija: Riga!!
Hola!
Vaya, parece que estaba dejando esto otra vez abandonado, así que tendré que retomarlo. Y la verdad es que lo hago de una manera que últimamente se está convirtiendo en usual: haciendo la crónica de un viaje. Esta vez toca Riga, la capital de Letonia.
La verdad es que cuando vas allí te esperas frío, más si vas en enero como fuimos nosotros. Y eso es lo que nos encontramos. Una rasca de narices, con una nevada que ellos llaman ligera, y que se podría comparar a la que cayó en Madrid las Navidades pasadas...
Bueno, qué decir de Riga... Pues me pareció una ciudad bastante parecida a Cracovia, una ciudad ex-soviética que al estar en un país clave para la expansión financiera báltica, está teniendo un crecimiento económico salvaje, plasmado en edificios bastante altos y modernos, generalmente de bancos y compañías aseguradoras, que destacan por encima del resto de la ciudad, predominantemente baja, de calles muy cuadriculadas, anchas y edificios pseudoburgueses.
Después de esta crónica digna de la literatura de los expertos en cine, diré que turísticamente la ciudad no tiene demasiado que ofrecer, aunque eso sí, lo poco que tiene está bien explotado por un par de bares / restaurantes en las plantas más altas de nuevos hoteles, desde las que se puede apreciar una vista bastante buena de la ciudad al estar estos bares completamente acristalados.
La verdad es que lo que merece tanto la pena de Riga es su increíble vida nocturna, digna de mención si se es varón y soltero. De momento es el país en el que mayor porcentaje de mujeres he visto. Si a eso le añadimos que son de una belleza espectacular (recordad que, por su geografía, son una mezcla de bálticas y rusas), y que encima son de mente abierta, pues habéis dado con el paraíso. Eso sí, hay que tener cuidado, pues o tienen mucha pasta, o no tienen mente abierta, sino que son prestiputas y buscan desplumarte...
Respecto a la fiesta, mucha. Clubs dignos de mención: el Nautilus, el Fashion Club, y el Essential. Para evitar: el Roxy (al que no fuimos), toda la gente a la que preguntamos nos dijo que era un sitio infestado de ese tipo de chicas malas que mencioné antes y rusos con ganas de bronca.
Vaya, parece que estaba dejando esto otra vez abandonado, así que tendré que retomarlo. Y la verdad es que lo hago de una manera que últimamente se está convirtiendo en usual: haciendo la crónica de un viaje. Esta vez toca Riga, la capital de Letonia.
La verdad es que cuando vas allí te esperas frío, más si vas en enero como fuimos nosotros. Y eso es lo que nos encontramos. Una rasca de narices, con una nevada que ellos llaman ligera, y que se podría comparar a la que cayó en Madrid las Navidades pasadas...
Bueno, qué decir de Riga... Pues me pareció una ciudad bastante parecida a Cracovia, una ciudad ex-soviética que al estar en un país clave para la expansión financiera báltica, está teniendo un crecimiento económico salvaje, plasmado en edificios bastante altos y modernos, generalmente de bancos y compañías aseguradoras, que destacan por encima del resto de la ciudad, predominantemente baja, de calles muy cuadriculadas, anchas y edificios pseudoburgueses.
Después de esta crónica digna de la literatura de los expertos en cine, diré que turísticamente la ciudad no tiene demasiado que ofrecer, aunque eso sí, lo poco que tiene está bien explotado por un par de bares / restaurantes en las plantas más altas de nuevos hoteles, desde las que se puede apreciar una vista bastante buena de la ciudad al estar estos bares completamente acristalados.
La verdad es que lo que merece tanto la pena de Riga es su increíble vida nocturna, digna de mención si se es varón y soltero. De momento es el país en el que mayor porcentaje de mujeres he visto. Si a eso le añadimos que son de una belleza espectacular (recordad que, por su geografía, son una mezcla de bálticas y rusas), y que encima son de mente abierta, pues habéis dado con el paraíso. Eso sí, hay que tener cuidado, pues o tienen mucha pasta, o no tienen mente abierta, sino que son prestiputas y buscan desplumarte...
Respecto a la fiesta, mucha. Clubs dignos de mención: el Nautilus, el Fashion Club, y el Essential. Para evitar: el Roxy (al que no fuimos), toda la gente a la que preguntamos nos dijo que era un sitio infestado de ese tipo de chicas malas que mencioné antes y rusos con ganas de bronca.
Etiquetas: viajes