martes, 19 de septiembre de 2006
House warming party
Eoeoeeee! La casa del lago del amor ya ha sido inaugurada!!
Hicimos un fiestón de narices, unas 50 personas que fueron. Y la verdad es que tengo que decir que en líneas generales se portaron bastante bien, salvo un par de cosillas que pondré más abajo.
La fiesta era para celebrar la inauguración de la casa (house warming en inglés), más el cumpleaños de uno de los habitantes, Borja, más la despedida de otro, Victor, más el cumpleaños de otro compañero, Jesús, más la bienvenida de dos nuevos habitantes, Diego y Óscar, más la despedida de los chavales de la fase 2 del proyecto, que les mandan a Madrid. Seguramente celebraríamos algo más, pero ya no me acuerdo.
El caso es que conseguimos que la gente se mantuviese entre garaje y cocina, y no nos destrozaron mucho la casa (50 personas en una casa de moqueta pueden hacer un Cristo, creedme). Lo peor: al día siguiente algunos invitados tiraron los vasos por el porche de la casa, en la calle, guarrería que se podían haber evitado preguntando dónde estaba la basura; aparte, un manchón en la moqueta que nos está costando quitar.
Lo mejor: lo de puta madre que nos lo pasamos, y lo contenta que se fue la gente.
Casa inaugurada. ¡Podéis venir cuando queráis!
Hicimos un fiestón de narices, unas 50 personas que fueron. Y la verdad es que tengo que decir que en líneas generales se portaron bastante bien, salvo un par de cosillas que pondré más abajo.
La fiesta era para celebrar la inauguración de la casa (house warming en inglés), más el cumpleaños de uno de los habitantes, Borja, más la despedida de otro, Victor, más el cumpleaños de otro compañero, Jesús, más la bienvenida de dos nuevos habitantes, Diego y Óscar, más la despedida de los chavales de la fase 2 del proyecto, que les mandan a Madrid. Seguramente celebraríamos algo más, pero ya no me acuerdo.
El caso es que conseguimos que la gente se mantuviese entre garaje y cocina, y no nos destrozaron mucho la casa (50 personas en una casa de moqueta pueden hacer un Cristo, creedme). Lo peor: al día siguiente algunos invitados tiraron los vasos por el porche de la casa, en la calle, guarrería que se podían haber evitado preguntando dónde estaba la basura; aparte, un manchón en la moqueta que nos está costando quitar.
Lo mejor: lo de puta madre que nos lo pasamos, y lo contenta que se fue la gente.
Casa inaugurada. ¡Podéis venir cuando queráis!
Etiquetas: diario