miércoles, 20 de septiembre de 2006

 

El ritual

He estado pensando, y la verdad es que nunca he puesto lo más característico de mi periplo por el extranjero: el coñazo que suponen todos los controles de aeropuerto por los que hay que pasar.

Y ahora que mis amigos y familia por fin se van a decidir a ir a verme, os voy a poner aquí una guía para que sepáis lo que os puede esperar cuando vayáis al aeropuerto.

Desde Madrid
Un consejo antes de nada es que estéis en el aeropuerto unas 2 horas antes del vuelo, ya que easyJet da grupos de embarque por orden de check-in, y si te toca el grupo D (el último), es posible que te toque viajar en el asiento entre ventana y pasillo rodeado por dos personas de significativa corpulencia (es que ahora se ofenden si dices gordos, se ve que hay que usar más palabras...)

Cuando tengáis el billete, si no tenéis libras tenéis dos opciones:

La entrada a la zona de duty-free consiste en enseñar el DNI y la tarjeta de embarque a un policía, para comprobar que estás entrando tú, y luego pasar por un detector de metales, en el que tienes que dejar en una cajita monedas, móviles, elementos de metal considerables, llaves, etc. Pasas por el arco y lo recoges.

Cuando llegue la hora de entrar al avión, unos 15 minutos antes de la hora prevista de entrada, se formará una cola acojonante, de gente que no sabe lo del embarque por grupos. Da igual que tu tarjeta sea la número 1, si hay niños en el avión, primero pasan los niños con sus familiares (que curiosamente, siempre son más que niños), y luego el resto de los mortales. Un consejo, pasad de ea cola y colaros por un lateral, avanzan más rápido.

Al llegar a UK, os espera una cola inmensa de inmigración para volver a enseñar el DNI a los funcionarios ingleses. Una vez pasado este trámite, ya podéis recoger las maletas y salir del aeropuerto.

Desde Luton
Para volar desde Luton, el procedimiento es bastante similar al de Madrid, con la diferencia de que con el coñazo este de los putos moros (siento la expresión políticamente incorrecta, pero que me diga alguien si no lo son), la seguridad es mayor.

Al coger la tarjeta de embarque, os preguntarán siempre "Have you packed your luggage yourself?", "Could anyone introduce anything in your luggage without your knowledge?", "Do you have any of these items in your hand-luggage?" (mecheros, pistolas, jeringas, elementos químicos...).

Después, antes de llegar a los arcos de seguridad, te piden que dejes en un recipiente todos los cosméticos o líquidos que lleves en equipaje de mano. Así que ya sabéis, si no queréis perder colonias y demás, facturadlos, que yendo de mano se quedan allí. Al pasar por el arco de metales es la misma historia que en España, con el añadido de que te tienes que descalzar (llevaos peusek) y cachean a uno de cada dos viajeros.

A la hora de embarcar, 4 colas, una por cada grupo de embarque, y los pasajeros con niños que se pueden saltar estas colas porque embarcan primero.

Bueno, pues eso es todo, ya sabéis lo que os espera cuando tengáis que coger un avión en Madrid o Luton. Ah, se me olvidaba. Las personas que sean excesivamente altas o corpulentas pueden solicitar embarcar primero para coger los asientos de la primera fila o los de emergencia, los cuales tienen mayor espacio por delante y se viaja más cómodo.

Etiquetas: ,



martes, 19 de septiembre de 2006

 

Nächste Station: Berlin!!

Hallo Freunde!

He vuelto de Berlín, la ciudad europea no española que más veces he visitado. Esta ha sido la tercera vez, la que más tiempo he estado (una semana), y, como me temía, me ha seguido gustando igual que la primera vez.

Alemania es un país que en general me gusta mucho, por sus paisajes, por sus ciudades, y por sus gentes. Os sorprendería ver lo agradables que son los alemanes, a pesar de su fama de cuadriculados. El caso es que Berlín es una ciudad especial. No solo por su historia de haber estado dividida en dos, sino porque además, a diferencia de otras grandes ciudades alemanas, está más "aislada", o mejor dicho, no hay cerca ninguna otra gran ciudad.

Además, para el visitante, es una ciudad que se deja ver bastante bien, con la mayoría de monumentos en un eje formado por las avenidas del 17 de junio y Unter den Linden. Si vais, no dejéis de coger el bus número 100 y ver la Alexanderplatz, la Isla de los museos (con la catedral, el Altes Museum, el Neues Museum, la Nationalgallerie y el Pergamum Museum), la Puerta de Brandemburgo, el Reichstag (parlamento alemán), la Siegessäule (Columna de la Victoria), y la Kaiser-Wilhem Gedächtnis Kirche, una iglesia bombardeada en la Segunda Guerra Mundial, y que ha permanecido así desde entonces. Desde ahí, podéis coger otro bus que os lleva al Palacio de Charlottenburgo, otra maravilla que no hay que dejar de perderse, con uno de los mejores jardines de Europa. Además, cerca de la Puerta de Brandemburgo encontraréis el homenaje a los desparecidos en el holocausto (una plaza entera llena de bloques de granito representando los 6 millones de judíos exterminados), y un poco más al sur, la Potsdamerplatz, con el imponente edificio de oficinas de la DB (Renfe alemana) y el vanguardista Sony Center, donde podéis sentaros a tomar una cerveza en un sitio típico rodeados de la arquitectura más moderna a unos precios bastante populares.

Bueno, explicada (someramente) la parte cultural, toca explicaros mi viaje. Llegamos el lunes, habiendo reservado 7 noches en una habitación de cuatro camas en el Generator Hostel. Al llegar nos hicieron un lío y nos dieron 2 habitaciones separadas (éramos 5) de 4 camas cada una. 3 en una y 2 en otra. Nos quejamos, y nos dijeron que nos cambiarían al día siguiente. Esa noche, cogimos un colchón de una de las habitaciones, lo llevamos a la otra, y pudimos dormir los 5 en la misma habitación.

Al día siguiente, nos la volvieron a liar y nos metieron en una habitación de 14 camas hasta el viernes, ya que decían que no había de 8 disponibles hasta entonces. En esta habitación de 14 conocimos a un par de australianas, un chaval argentino bastante majete y un chileno pasao de rosca que acabó liándola en el albergue.

Bueno, cambiando de tema, Berlín es una ciudad en la que puedes salir todos los días, pero obviamente, hay que saber por dónde. El mismo lunes llegamos bastante cansados, así que nos quedamos tomando algo en el bar del hotel.

El martes echamos casi todo el día conociendo un pueblo al suroeste de Berlín llamado Potsdam, el cual está plagado de palacios y merece la pena verse si vais más de un fin de semana. Por la noche íbamos a coger el tranvía para salir por un garito, pero como tardaba 20 minutos en llegar, cruzamos la calle a un turco que hay detrás del generator y nos clavamos 10 cervezas de medio litro en tiempo récord. Tras la cara de asombro del turco, cogimos el tranvía, hicimos transbordo pegándonos una carrera que casi se nos sale la cerveza por la boca, y salimos por la Oranienburger Straße, a un sitio llamado el Café Zapata, un garito bastante alternativo con una terraza enorme. La música varía bastante según la semana y los conciertos que haya, aunque hay bastante de electrónica, no suele ser música comercial. Después acabamos la noche en el Kaffee Burger, en la Torstraße, un garito decadente donde los haya, con música extraña, cortes latinos y abierto hasta la mañana. Al volver, deayunamos un kebab en el turco. Ese restaurante se convertiría en nuestra estación de servicio del viaje.

El miércoles nos dedicamos a conocer Berlín en bus, ver los monumentos principales que os indiqué antes. Por la noche, preferimos ir a otra discoteca donde sí había estado antes, la Matrix. Tuvimos bastante suerte, porque había una fiesta 2x1, las copas estaban tiradas de precio y había gente a reventar. Abrieron 4 de las 5 salas que tiene, más la terraza. Esta discoteca está justo detrás de la estación de metro (U-Bahn) de Warschauer Straße. La música es comercial en una de las salas (hasta el punto de poner a los Chunguitos o Héroes del Silencio), en otra ponen música rock, tanto clásica como moderna, otra es de soft house, otra de R&B y la última de house de sesión de prepárate a disfrutar durante horas. Al volver al hotel, nos zampamos otro kebab en el turco.

El jueves dedicamos el día a la relajación, y fuimos dando un paseo tranquilo hasta el Zoologischer Garten, donde comimos, Óscar y Tuti sendos codillos presentados por el camarero como "elefantes". Después, subimos a la cúpula del Reichstag, donde se tienen unas buenas vistas de Berlín, y unos ataques de alergia a base de estornudos bastante majos. Para acabar el día, nos juntamos con el chileno pasao, el chaval argentino y las australianas, y volvimos a la Matrix, donde no había ni el tato, así que nos tomamos un par de copas, nuestro amigo javi se marcó un baile de Ska con los Offspring, mandando a Eduardo (el chileno pasao) a dos metros más allá, y nos volvimos al hotel a sobar. Eso sí, al igual que el resto de la semana, antes de subir, rendimos visita al restaurante turco de debajo y nos zampamos otro kebab.

El viernes vimos por la mañana el museo egipcio, ahora en el Altes Museum, por remodelación de su lugar original. Por la tarde descubrimos una terracita playera a orillas del Spree, al lado del Pergamum Museum, y nos tiramos ahí como reyes hasta la noche, que llegaron los refuerzos de Borja y Miguel desde Londres. Les llevamos al Café Zapata, ya que la zona tenía pinta de tener muchos sitios con marcha, pero la calle está llena de sitios para cenar y tomar algo tranquilamente, pero no para bailar. Así que tras un rato cogimos un taxi y nos fuimos a la Matrix de nuevo, donde esta vez sí había más animación y acabamos la noche. A la vuelta, kebab, cerveza y camita.

El sábado por la mañana no existió tras la paliza del viernes, así que nos levantamos directos a comer, y llevamos a Borja y Tuti a la cervecería Löwenbräu donde nos apretamos los inmensos codillos, pero esta vez tenían un tamaño más aceptable, comparable a una de las tetas de Pamela Anderson, y se dejaron comer. Por la tarde, a bajar la comida en la terracita playera, y a quedar con unas amigas de Borja. Nos llevaron al White Trash, un garito muy bueno para empezar la noche, con conciertos en la planta de arriba, y una sala con sonidos Jazz&Funk en el sótano. Merece la pena visitarse. Después de estar ahí, volvimos al Kaffeeburger, que está muy cerca, y de ahí a casa, previo Kebab. A estas alturas, los kebabs ya me producen arcadas.

El domingo lo dedicamos a visitar el Pergamum Museum, uno de los mejores museos arqueológicos del mundo, con la maravilla de la puerta de Ishtar como atracción principal, aparte de un templo griego reconstruído casi por completo. Por la tarde reposamos la paliza tirados en el césped de la Museuminsel, y nos fuimos al Generator a acabar la semana, tomando CocaColas adulteradas y jugando al futbolín, a los dardos y a las cartas.

El lunes quedaba la última sorpresa. Justo al embarcar, el Rabanero se dio cuenta que había perdido el DNI, y la policía se negaba a hacerle un salvoconducto con el carnet de conducir como única documentación, alegando que en ningún sitio decía que era español (y es cierto, tiene el modelo antiguo, y ahí no pone por ninguna parte nacido en España). Tuvimos que camelarnos a la de easyJet, y tras un par de horas de mal trago, le dejó embarcar. Curioso, a la ida fue Óscar quien casi no pudo venir por tener el DNI caducado.

Bueno, como resumen, Berlín es una ciudad que ya puedo decir que conozco más o menos bien, pero no por eso dejaría de ir una cuarta vez. Si alguna vez queréis ir, os diré con mucho gusto cómo moveros, qué ver, por dónde salir, etc.

Prost für Berlin!!

Etiquetas:



 

House warming party

Eoeoeeee! La casa del lago del amor ya ha sido inaugurada!!

Hicimos un fiestón de narices, unas 50 personas que fueron. Y la verdad es que tengo que decir que en líneas generales se portaron bastante bien, salvo un par de cosillas que pondré más abajo.

La fiesta era para celebrar la inauguración de la casa (house warming en inglés), más el cumpleaños de uno de los habitantes, Borja, más la despedida de otro, Victor, más el cumpleaños de otro compañero, Jesús, más la bienvenida de dos nuevos habitantes, Diego y Óscar, más la despedida de los chavales de la fase 2 del proyecto, que les mandan a Madrid. Seguramente celebraríamos algo más, pero ya no me acuerdo.

El caso es que conseguimos que la gente se mantuviese entre garaje y cocina, y no nos destrozaron mucho la casa (50 personas en una casa de moqueta pueden hacer un Cristo, creedme). Lo peor: al día siguiente algunos invitados tiraron los vasos por el porche de la casa, en la calle, guarrería que se podían haber evitado preguntando dónde estaba la basura; aparte, un manchón en la moqueta que nos está costando quitar.
Lo mejor: lo de puta madre que nos lo pasamos, y lo contenta que se fue la gente.

Casa inaugurada. ¡Podéis venir cuando queráis!

Etiquetas:



This page is powered by Blogger. Isn't yours?