domingo, 25 de junio de 2006

 

Fútbol 6

El verano se acerca, inexorable, y mi paco sigue conmigo. Ahí está el muy cabrón, que no baja, puta curva de la felicidad. Por ello me he decidido a ponerme con la operación bikini en serio, a ver si lo extermino (al menos hasta octubre).

La primera opción es comer más sano, pero como eso en Inglaterra es bastante difícil, me decanto por la opción del deporte. Pues nada, a aprovechar que hay piscina y gimnasio en el hotel. Por las tardes, al volver del curro, trato de meterme unos cuantos largos y sauna, o en su defecto, carrera en la cinta, remo y máquinas de muscular.

Y entre los del curro hemos hecho el propósito de echar una pachanga de fútbol todos los jueves. Como no somos suficientes para fútbol 11, la opción es el sala. Pero eso allí no se estila. Hay otra variante, llamada fúbol 6, que es una mezcla de fútbol 7 y sala. La historia es que las porterías son bastante anchas, pero no levantan un metro del suelo, es bastante rayante, sobre todo si eres portero, como el que escribe.

Lo más raro es que no hay fueras de banda, hay unas paredes en las que puedes apoyarte, tipo hockey, y el saque de puerta o córner sólo se produce si la pelota toca la pared de fondo. La verdad es que es divertido, mucho más dinámico y con menos pausas. Pero lo de las porterías es una rayada.

El otro día echamos el primer match, y nuestro novato equipo masacró al que lleva jugando durante meses. Si es que somos unas putas máquinas. Y encima salí de jugador y se me dió bien. Paco, tienes las horas contadas, cabrón, pronto me volveré a ver los empeines, jejeje...

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Despedida de soltero

¡Nos vamos de despedida! Bueno, nos fuimos, esto llega con una semana de retraso, jejeje. El sábado pasado celebramos la despedida de soltero de mi amigo Raúl (ya os avisé que se nos casaba hace unas semanas...).

La verdad es que nos portamos demasiado bien, la única putadita que le hicimos fue llenarle el barrio con carteles de "Se busca". La despedida fue de las "sanas", esto es, no hubo grandes celebraciones nocturnas con strip-teasers ni travelos, sino que dedicamos el día a machacarnos los cuerpos con unos karts y un paintball. Ah, se me olvidaba, también nos hicimos unas camisetas con el mismo cartel de "Se busca", y a este le pusimos una camiseta rosita. El fallo fue que no era de tamaño pequeño, eso hubiera sido una risa, jejeje.

Esto de los karts puede parecer una gilipollez, más cuando vas por vez primera y te encuentras que las vueltas son de 10 minutos y te pueden cobrar entre 9 y 15 euros. La explicación la encuentras cuando sales del coche y tienes los hombros como si te la hubieras machacado durante horas... Para que os hagáis una idea de cómo chufla eso, podéis ver un vídeo aqui. Bueno, pues nosotros ahí campeones, le dimos a ello duránte una hora turnándonos cada diez minutos, o sea, media hora efectiva. Os puedo asegurar que funde, vive dios, terminas con los brazos capaces de doblar una puta viga. Al acabar y coger de nuevo el coche para ir a comer, Óscar casi se caga en el tío que inventó la dirección asistida, y los que íbamos en el coche con él, casi nos cagamos cuando se incorporó a la autovía de un volantazo...

De la carrera, estuvo graciosa, tras una encarnizada lucha, dejamos Óscar y yo dejamos ganar a Raúl, por aquello de que era su despedida, pero solo por 46 centésimas, no sea que se notase (jejeje). Eso sí, la vuelta rápida me la quedé yo, que para eso me llaman el Schumacher del sur. Del anecdotario, quedan un par de piques majos entre algunos de nosotros (sería demasiado extenso para narrarlo aquí) y los bailes en el asiento de Antonio y Óscar, a ver si coméis más bocatas y rellenáis, jejeje.

Después de los karts, nos fuimos a comer algo ligero allí cerca, de raciones, a cual más rica, heladito, cafelito, y a pegarnos unos tiros al paintball. La historia está que en este juego te lo pasas pipa, siempre y cuando no haga un calor de la muerte, o te caiga una chufa de agua del copón, como nos pasó. Cuando eso sucede, las máscaras se empañan, y no ves un carajo de a dónde ni a quién disparas, así que tras un par de juegos, debido a la tromba de agua que cayó que nos mojó hasta las ideas, hubo que claudicar y deponer las armas. Una pena, con las ganas que tenía yo de llenar de pintura a estos cabroncetes, juas juas... Por cierto, os dejo una foto de las pintas que llevábamos antes de la chufa de agua.

Tras un merecido descanso escuchando musiquita de los 80, nos pegamos un duchazo y nos fuimos a cenar a la pizzería Bámbola, en la plaza de Las Descalzas. Un sitio muy majo para comer, con un camarero que no se enteraba ni del no·do, pero con una comida bastante rica, y sino, que se lo digan a Raúl, que la devoraba... Tras la cena, unas copichuelas, y cada uno a su casa, sin burros en habitaciones de hotel ni Tom Hanks de por medio. A ver qué tal se presenta el bodorrio, habrá que beberse en la barra libre lo que no nos bebimos esa noche, jejejeje...

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jueves, 15 de junio de 2006

 

Larala larararará, ¡¡que viva Españaaaa!!

Por si nos os habéis dado cuenta, el mundial de fútbol ya ha empezado. Por aquí ya no quedan ingleses a eso de las 16:00 de la tarde (hay que prepararse para el partido de las 17:00), la oficina está llena de banderas de San Jorge y rojigualdas, y se palpa la sana rivalidad entre británicos e ibéricos.

Por de pronto ayer imitamos a esta gente, y a eso de las 14:00 (recordad que aquí es una hora menos), ya no quedaba aquí ni el tato. Nos fuimos a casa de unos compañeros, con un par de banderas nacionales bastante tochas, un pilón de cervezas (íbamos muchos...) y unas cuantas pizzas, y hala, a cascarle cuatro a los ucranianos. Había hasta un inglés, ex-gerente de una fase que no paraba de decir "Vamous España!".

Tras el partido nos volvimos al curro, aunque la tarde no fue de las más productivas que he pasado aquí. A última hora una reunión, y por la noche, a celebrarlo a Northampton, un pueblecito a unos 20 minutos de aquí. Prontito a la cama, y ya estamos otra vez dando el callo.

¡Hinchémonos de fúrgol!

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martes, 13 de junio de 2006

 

Un día triste

Esta semana es algo jodida. El lunes perdimos a Yaqui, el pastor alemán de mi hermano. Duele bastante cuando ves crecer a un ser desde que apenas puede andar, y tras 13 años dándote todo se te va. Es cierto eso de que el perro es el mejor amigo del hombre.

Desde aquí mando un abrazo muy grande a mi hermano, que no lo debe estar pasando muy bien. Lo sé porque yo también estoy muy triste. Quedémonos con todos los buenos ratos que nos hizo pasar...

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Järgmine sihtkoht: Tallinn!

Llega con retraso, pero sí, el fin de semana pasado estuve en Tallinn, Estonia, y he de decir que me lo he pasado pipaaaaa!!! Además, los integrantes del viaje me han pedido que meta al blog algo más de violencia en mis artículos, aunque eso choca de lleno con la política de silencio de los viajes de la Travel... Bueno, intentaré hacer una "violencia discreta".



Primero empezaré por describir la ciudad. Tallinn es una ciudad mediana, no es tocha tipo Valencia ni pequeña tipo Cádiz. Eso sí, la parte turística es el casco antiguo, y eso es más pequeño que un moco de mosquito. Es bastante cuco, muy medieval (encima pillamos una fiesta mediaval, pues no te digo ná), bastante orientado al turismo, aunque los precios son razonables. Cosas que merezcan la pena verse, pues una catedral ortodoxa, tipo San Basilio de Moscú, la plaza mayor de la ciudad, y las tiendas medievales.

Además, callejeando un poco desde la plaza, hay un restaurante alemán bastante contundente, con Maße (jarras de litro como las que nos calzamos en la Oktoberfest de Munich), y delante de ese hay un resturante estonio también de buena calidad. Desde la plaza hacia abajo (en el otro sentido), hay otro par de restaurantes de comida medieval, en los que te puedes poner también bastante gocho a zampar. Uno de ellos, el Olde Hansa, además te ofrece la carta en castellano clásico. Muy cuco. Y encima tiene tienda.

Otra cosa realmente curiosa es que en esta época del año, el sol se pone sobre las 23:30, y a las 3:00am ya empieza a clarear. Es una sensación muy muy extraña, pero mola bastante. Bueno, y pasando a lo que supongo os interesa más, os diré que la juerga estonia es bastante cañera. Los sitios suelen abrir bastante pronto, y suelen cerrar a las 5:00 ó 5:30am. Las bebidas no son caras, teniendo en cuenta que están en la zona turista y cuestan como en España. La moneda al uso es la corona estona (EEK); al cambio 15 coronas equivalen aproximadamente a 1 euro.

La historia es que aquello está plagado de casinos, clubs de alterne, stripteases, y garitos de golferío y crapulismo vario. A eso le sumas que los ingleses (por lo general) son bastante puteros y toscos, y te encontrarás con una ciudad con bastantes guiris. Británicos aparte, los estonios son gente con la que hay que andar con cuidado, ya que tienden a emborracharse y son gente que puede ser violenta. Las estonias es otra movida. ¡Me-nu-dos pe-da-zo de gua-ya-bos!. Las tías son preciosas, cuerpecito de modelos, simpáticas, hablan mínimo tres idiomas (estonio, ruso e inglés)... Vamos, que las he puesto en mi top 1 de nacionalidades.

Gentes aparte, el alcohol también es potente. Aparte del vodka autóctono, hay un licor típico llamado Vana Tallin, con un sabor avellanado y de unos 40º (45º el fuerte). Sobra decir que ni me acuerdo de cuántos chupitos cayeron. Por supuesto, para bajar los efectos hubo que beber litros y litros de cerveza, junto con whisky y vino. Ya me levanté medio tocado el sábado, cuando llegamos a las 10 de la mañana a la plaza, nos sentamos, y en lugar de oir "un café", escucho "yo quiero una pinta". Y claro, uno no va a ser menos... Pues desde esa hora empezamos con las birras, para pasar luego al vino, aderezado con chupitos de vana tallinn y tequila con sprite (asqueroso) durante la comida. Creo que luego me fui a dormir la siesta (no lo recuerdo), y por la noche volvimos a salir, primero a cenar y luego de fiesta.

El domingo no era persona. Aunque por lo que me han contado de estos viajes, es bastante normal. Véase como ejemplo la foto de un compañero, tomada en un viaje a Varsovia un sábado a las 18:00 de la tarde. Es la definición de destrucción. A dos de ellos (uno precisamente el de la foto) casi hubo que sacarlos a rastras de la cama. Otro decía que tenía la habitación hasta las 14:00 (lo habría soñado), y un tercero cuando se levantó era el hombre zombie.

En fin, que el destino ha sido otro acierto. Si algún día puedo y todavía me queda cuerpo para juergas volveré, ya que el turismo ya está hecho, jejeje...

Ah, casi se me olvida, el título del artículo traducido significa "Próxima estación: ¡Tallinn!".

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jueves, 8 de junio de 2006

 

La despedida de Tuti

Triste noticia, amigos. Uno de los compañeros que llegó a Milton el 6 de marzo conmigo, Miguel Quintero Tutau, también conocido como el inferior 2, ha acabado su asignación en el proyecto y ha vuelto a Madrid. Triste es la noticia ya que, a pesar de ser del enemigo, de otra consultora, el chaval es bastante salao, de hecho se viene con nosotros a Berlín en septiembre.

Para despedirnos montamos una juerga de las buenas, nos fuimos de cena a un italiano, para variar nos bebimos Logroño, y acabamos cerrando el Oceana. Os pongo una fotico del evento.



Eso sí, algo me dice que no tardará en volver. Lo merecería aunque solo fuese por la promesa que el muy perro nos hizo antes de irse: mandarnos todos los días a las 18:30 (17:30 aquí) un correo diciendo que se va de cañas vestido con camiseta y chanclas, y con el solecito madrileño... Hay que ser putilla para hacerle eso a unos amigos.

Au revoir, Tuti!

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jueves, 1 de junio de 2006

 

Uno menos...

No hay dos sin tres que dicen por ahí, ni tres sin cuatro que digo yo. Por si pensábais que ya había dejado esto de lado, os encontraréis que ha resurgido de nuevo mi vena literaria. Cuatro artículos en un par de días, cuatro. Este que nos trata ahora no tiene mucho que ver con mis viajes por tierras extranjeras, pero sí es algo que considero importante.

Resulta que mi amigo desde hace unos 15 años Raúl, al que conozco desde hace más tiempo, también conocido como el Oso, o como Grisley (para los puntillosos, ya sabemos que se escribe Grizzly, pero así no tiene gracia), se casa con Gema, una chica supermaja, muy guapa, sin un pelo de tonta y con un buen curro. Diréis que qué suerte tiene el mamonazo, y vive Dios que la tiene, pero ella tampoco ha salido mal, que mi colega tampoco es mal partido. Algún día pondré aquí una foto de los dos y veréis a qué me refiero.

Pues eso, que se casan el 1 de julio. Eso sí, los muy perros aún no me han dado en mano la invitación de la boda (me la darán el 9, que vuelvo a España). Eso les va a costar caro, ya le o les cogeremos en la soltería (aún no se ha decidido si será conjunta o por separado). Así que para los que me requiráis, que sepáis que el 1 de julio y el 17 de junio, que es la despedida, no estoy para nadie.

Solo hay una cosa mala en todo esto: son los primeros que caen, y después de ellos ya tengo otra ristra de bodas en cola. Joer, si me voy a tener que echar novia un día de estos y todo...

En resumen, Gema y Raúl, que seais muy felices en vuestra nueva andadura (y ya de paso estiraos y estrenaos poniendo un comentario dando las gracias, jejeje).

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Andiamo a Milano!

¡Eeeeepa!, que diría mi compañero y amigo el puto vasco. Viernes, 16:30 de la tarde. Me reuno con varios ex-compañeros de proyecto en la nueva T4 del aeropuerto de Madrid-Barajas. Entre ellos, el puto vasco, el gallego, el león palentino, la garra, el alcahuete dorado, el nen, Don Manué, y otros dos compañeros que salieron del viaje con nuevo nombre: El Antoniomañas número 13 y... EL HOMBRE LORO!!

Con semejante plantel de energúmenos cogimos un vueling a Milán. Dicen que la ciudad no es especialmente bella, que no tiene mucho que ver y que es una ciudad industrial. Pues bien, debo desmentir algunos de esos mitos. La ciudad no es Londres, ni Munich, ni Madrid, está claro, pero de ahí a llamarla fea ahí un paso muy grande. Por si no la conocéis os puedo resumir que se puede ver en un día y medio, que tiene pocas cosas, pero muy muy bonitas, y que es la capital de la moda.

Eso fue lo que me resultó más curioso de todo el viaje. Si alguna vez vais, os llamará la atención el hecho de que en Milán no hay obesidad. Tienen unas costumbres deportivas y de culto al cuerpo que son realmente llamativas. Basta que os déis un paseo por el parque que está entre el Arco de la Paz (Sempione) y el Castello de Sforcesco para que lo veáis con vuestros propios ojos.

Además de esta costumbre de ellos y ellas de marcar cuadraditos en el abdomen, está el hecho de que sea para lo que sea, visten muy elegantemente, como si fueran de fiesta, pero, al contrario que la familia Heredia, éstos se ponen de punta en blanco con trapos buenos, de marca, rezumando pasta. Eso hace un contraste curioso con la cantidad de mierda que tiene la ciudad. Parece mentira, pero es una ciudad más sucia que Lisboa y que París. Al final va a ser verdad eso de que Madrid es una de las capitales europeas más limpias...

En cuanto al viaje propiamente dicho, tuvimos suerte de que mi amiga Sonia esté allí viviendo, ya que no sólo nos ayudó a encontrar el hotel y darnos consejos de cómo movernos por allí, sino que además nos presentó a un par de amigas suyas calabresas que nos permitieron practicar nuestro italiano. Ah, si alguna vez vais, os recomiendo coger un billete de metro que vale para 24 horas y cuesta unos 3 euros. Os sirve para todos los transportes, no solo metro, sino también bus y tranvía. El billete se llama , si no recuerdo mal, y se puede comprar en kioscos, tabaquerías o bares. El billete en cuestión se pica una vez, y cuenta 24 horas a partir de ese momento. El consejo es que, dado que no hay revisores ni tornos bloqueantes, aguantéis sin picarlo el mayor tiempo posible. Si os pregunta algún revisor, "escusa, però non parliamo italiano, siamo espagnoli". Ah, lo más reseñable si vais: subid al tejado del Duomo. 4€ a pie, 6€ en ascensor. Merece la pena, no es normal ver una catedral desde arriba, y ésta es especialmente bonita.


El hotel estaba bastante cuidado, limpio y todo nuevo. Estaba tan nuevo que la garra pensó que la televisión debía tener sed, y durante un par de copichuelas que nos tomamos, le dio de beber. Al día siguiente, se oía la tele perfectamente, pero no se veía. Fue en este hotel donde preguntamos la primera noche dónde podíamos cenar, y nos mandó a un restaurante, llamado Paradiso, donde nos sirvieron unas estupendas pizzas (dadas las horas, no querían servir otra cosa). La calzone estaba de muerte. Esta vez, al contrario que en Berlín, el camarero no dijo nada de subito que se pudiese confundir con "chupito", así que lo pedimos nosotros directamente, una de limoncello para todos. Y el pollo va y nos saca una botella de ese delicioso licor con una etiqueta en la que estaba representado el mismísimo Duce, Benito Mussolini. Vamos, que después de un vistazo al local, nos dimos cuenta de que estábamos en el equivalente al "Casa Pepe" de Italia. ¡Tremendo! El dueño del local le dejó un busto del dictador al alcahuete dorado para hacerse una foto con él. Nos pasan unas cosas más raras...

Después nos reunimos con las amigas de Sonia en Porta Genova, a tomar por saco del hotel. Para ir cogimos unos taxis. Ni se os ocurra si vais. 7 euros la bajada de bandera, y el taxímetro corre más que los propios taxistas, que se creen que son Giancarlo Fisichella. Al llegar allí conocimos a Antonella y Annalisa, dos muchachas dispares aunque amigas sin embargo. Y Antoniomañas entró en acción y, pese a su planta de galán americano rebelde de los años 50, el idioma fue una barrera insalvable que le impidió hacer mayores migas con ellas, tal y como le pasó a Antonio Banderas en "El Guerrero Número 13", con la diferencia de que Mañas no tuvo el tiempo suficiente para aprender el idioma extranjero.

De todas formas, tontás mías aparte, el descubrimiento del viaje fue un nuevo superhéroe, cuyo poder consiste en repetir las cosas: El Hombre-Loro. No sé qué extraño nudo se le hizo en el cerebro a nuestro compañero Alex, el cual se considera una mujer lesbiana encerrada en el cuerpo de un hombre, pero durante todo el viaje se convirtió en este extraño ser que nos permitió pasar los mejores momentos del viaje. Por cierto Alex, tienes más paciencia que el Santo Job después de la paliza dialéctica que te dio el vasco :-)

Bueno, veo que me estoy extendiendo demasiado. El resto de anécdotas del viaje deben quedar entre los que fuimos, y así quedarán. Resumen: Milán no es una ciudad fea, y por un vuelo barato, si ya habéis visto Roma, Florencia y Venecia, merece la pena ir.

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